De esta manera a las 18.00 aproximadamente estamos citados todos los bicivoladores. Así, nos encontramos en el punto de reunión , Jose, Javi, Gerardo, Balta, Pep, Manu C, y dos bikers más que deciden acompañarnos, Fede, primo de Manu y Julian, un speed jump que se quería sentir bicivolador por unas horas.
Los 8 valientes... |
Después de los últimos retoques: bridas para los últimos apaños, baterías de las luces, chaquetas o no chaquetas,y demás empezamos a rodar sobre las 18.20, con una temperatura, la verdad que bastante agradable para lo que ha sido días anteriores.
Tal y como pactamos nos iremos reagrupando en los desvíos para que no haya perdidas de componentes y podamos acabar la noche todos juntos y de tapeo.
Así iniciamos la pedalada. Empezamos por caminos conocidos en donde el grupo se estira un poco pero cada uno a su ritmo y que sirve para que vayamos reajustando y probando luces.
Al llegar al inicio de Can Xandri fotito de rigor.
A partir de aquí bajada hacia Corbera y enfilamos el tramo duro de la noche. Un camino estrecho , con mucha piedra suelta y con una subida bastante pronunciada que pone al grupo en fila de uno y que hace que algunos tengan que poner el pie a tierra. Pero aún así y aunque algunos sufrieron más que otros, el buen rollo, las bromas y las risas continúan en el grupo. Se trata de pasarlo bien y de sudar un poquito.
Una vez pasado el tramo de piedras podemos divisar las luces de Can Xandri a lo lejos. Seguimos por una subida que nos lleva al punto más alto del recorrido.
Aquí se saca algun abrigo para preparar la bajada ya que la humedad empieza a hacer mella en los cuerpos y empieza a notarse el frío.
Así empezamos a descender. Las baterías de algunas luces ya empiezan a ponerse en rojo así que es necesario llegar cuanto antes. Nos lanzamos cuesta abajo con precaución y aparecemos en Can Sunyer en donde las luces de las urbanizaciones ya nos marcan el camino a seguir.
Al final los últimos kms ya por dentro del pueblo hasta llegar a La Cova en donde nos tenían preparaDo una cenita a base de tapas que nos hizo recargar pilas.
Ratito entretenido alrededor de la mesa explicando nuestras aventuras nocturnas y hablando de futuras aventuras.
Al final lo más importante, que lo pasamos genial, nadie se hizo daño y sobretodo que la NOCHE NO NOS CONFUNDIÓ.