Madrugón dominguero para volver por segundo año a la Pedalada del Montnegre. A las 6.30 quedamos en casa de Jose, los valientes Gerardo, Pep, Manu y el propio Jose. Por diferentes motivos finalmente salimos de Sant Andreu sobre las 7.
Autopista dirección a Sant Celoni a donde llegamos sobre las 7.40, con bastante frío pero ni asomo de la lluvia que estaba previsto para este domingo.Como ya es habitual en esta pedalada trato exquisito por parte de la organización hacia los bikers. Nos reciben con un desayuno (cafe, chocolate, croissants...) que nos hace entrar en calor mientras recojemos dorsales y hablamos sobre nuestro bajo estado de forma.
A las 8.35 se da la salida no sin habernos hecho la foto de rigor.
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Impresionante los bicivoladores con el traje oficial. |
Empieza la pedalada y los primeros metros por el pueblo los hacemos agrupados. Pero enseguida Jose se despega en el momento de entrar en el Montenegre e imprime un ritmo durillo que hace a los pocos quilómetros Manu, Pep y Gerardo se descuelguen.
Poco a poco cada uno va cojiendo su ritmo mientras la pedalada se enfila hacia arriba, con rampas no muy duras pero constantes. Así Gerardo empieza a sacar lo que tenía guardado y poco a poco enlaza con Jose e incluso lo adelanta. Por detrás Pep y Manu sufriendo como nunca van haciendo quilómetros y mirando hacia el avituallamiento.
A los 10 quilómetros paramos a tomar los zumos, frutas y demás que nos ofrece la organización. Jose y Gerardo nos están esperando aunque bastantes cansados. Parece que el ritmo que se han impuesto empieza a pasarles factura.
Todo y así salen antes del avituallamiento y vuelven a irse por delante. Entonces el recorrido se convierte en un rompepiernas de subidas y bajadas que hacen sufrir e incluso bajar algun momento de la bici.
Al poco Pep y Manu van a enlazar con Gerardo pero como hacía tiempo que no nos pasaba, Manu pincha y hay que arreglarlo.
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Pep dándolo todo...peaso de mecánico. |
Con bastantes problemas para poner la rueda (el desviador se pone en nuestra contra), desistimos de seguir a Gerardo y continuamos a nuestro aire.
Llegamos a la zona más alta de la pedalada y empezamos un descenso bestial en donde nos encontramos parado a Gerardo que nos está esperando. Jose se cae bajando (si es que baja como cabras....) y se deja media rodilla en el camino.
Nosotros mientras tanto y con Gerardo al lado nuestro nos tiramos por una trialera preciosa y a un ritmo de record del mundo...
Gerardo se descuelga un poco y ya llegamos al pueblo con poca distancia entre todos.
Allí nos espera lo mejor, nuetro bocata de butifarra para comentar la jugada.
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El descanso del guerrero. |
Así que el año que viene si podemos sin duda que a repetir. Y esperamos que con aquellos bicivoladores que por diferentes motivos no han podido acompañarnos.
Y antes de cerrar la crónica felicitar a la organización. Nos tratan como reyes.